La instalación CORREDOR DE LA BICI consiste en tres video-proyecciones simultáneas: dos en las pantallas paralelas y una tercera en el piso. Los videos presentan tres aspectos del mismo recorrido de rutina en la bicicleta, entre domicilio del autor y Universidad Politécnica de Valencia, España. Cuando la bicicleta baja de velocidad, las tres proyecciones de los videos gradualmente se ensanchan, manteniendo sus alturas, y después cuando la acción de pedalear se reanuda, se estrechan. 

 

Tanto en una bicicleta como en un coche o avión estamos encapsulados por la rutina del traslado; percibimos solamente los puntos de salida y de llegada y el espacio atravesado entre ambos se aproxima a un corredor con la única función de encaminarnos al destino. La instalación crea un espacio limitado en constante movimiento donde se sobreponen las vistas de las calles y los sonidos ambientales que atravesamos. La pieza intenta inducir a sus espectadores a asociar las sensaciones de la mirada más estrecha con alta velocidad de traslado y la mirada más amplia con las paradas y la velocidad mas baja.