La instalación confronta el espacio virtual del video sin sonido con el espacio real de su proyección. El  video fue producido con la cámara girada a 90 grados. El video-proyector también está girado así, lo que permite extender la imagen entre la pared y el piso de la sala de exposición. En la instalación, el plano frontal de un puente coincide con la pared y el plano horizontal del piso con la superficie del agua que fluye. Las sombras móviles de las personas que pasan por el puente hacen eco de sus presencias. La luz del proyector simula la del sol, creando una sombra de la silla real. La silla tangible y la volcada en el video están unidas por la corriente del arroyo proyectado, lo que produce un bucle visual. El conjunto de la instalación sugiere la inestabilidad de nuestras miradas extendidas entre los espacios reales y los virtuales.

 

La instalación SILLA BLANCA fue presentada en las exposiciones: Membranas (México, 2009),

El frame alterado (España, 2010) y en la muestra individual Convalecencia del tiempo (Polonia, 2013).