En el estado inicial de la instalación OK-NA estamos en presencia de nueve proyecciones de imágenes fijas, del mismo tamaño, de las diferentes ventanas cerradas, distribuidas en las cuatro paredes de la sala. De repente una de ellas, sin hacer ningún ruido, se abre y se cierra lentamente, mientras las otras permanecen cerradas. En lo siguiente, entra en acción otra ventana. No existe un orden preestablecido en abrir y cerrar de las ventanas y no sabemos de antemano de qué dirección del conjunto va a surgir el próximo movimiento.

 

Las ventanas entraron a esta colección como entran y se quedan en nuestras vidas las caras de diferentes personas: por ser de los familiares, por accidente, por afecto, por compartir un espacio y tiempo determinado, etcétera. El observador de la istalación no solamente percibe la variedad estilística de las ventanas sino también los diferentes rítmos de sus movimientos. La instalación induce a buscar un sentido poético en nuestro entorno cotidiano.  

 

Todas las proyecciones son del mismo tamaño: aproximadamente 180cm x 240cm.